Después de varias pruebas y de empezar de nuevo algunas veces para lograr el resultado que buscaba, finalmente terminé la pulsera con la piedra facetada en corte marquesa. Fue un proceso que me llevó tiempo y dedicación, pero valió la pena. Quería que el engarce no solo realzara la belleza de la piedra, sino que también fuera resistente y duradero.
A mi clienta le encantó el resultado, y eso me llena de satisfacción. Cada nuevo desafío en el taller es una oportunidad para aprender y mejorar, y este encargo sin duda lo fue.
Les comparto una foto de cómo quedó la pieza terminada. ¡Gracias por acompañarme en este camino!
