La meditación que muta

La meditación en mi camino y la joyería como práctica meditativa.

A lo largo de los años, la meditación ha ocupado un lugar cada vez más profundo y expansivo en mi vida. Empecé explorando distintas técnicas, probando caminos variados en busca de una conexión interior, de un sentido para mi vida. Pasé por prácticas tradicionales, meditaciones guiadas y silencios prolongados, cada una aportándome algo valioso en su momento. Más adelante, me encontré en ceremonias de medicina ancestral, donde la meditación tomó mayor importancia, ampliando mi perspectiva y mi capacidad de introspección.

Durante ese tiempo, también llevé adelante la búsqueda de visión, durante cuatro años consecutivos sentandome en la montaña en ayuno total buscando orientación espiritual. Esa experiencia me ayudó a integrar la meditación como algo esencial, no solo como un momento de calma en mi rutina, o como una experiencia ajena a lo cotidiano, sino como una herramienta para afrontar desafíos, reflexionar y crecer como persona. Fue un proceso de transformación donde la meditación dejó de ser una práctica aislada para convertirse en un pilar de mi vida diaria. Podría decir que paso a ser un llamado, una invitación constante a vivir de verdad, a ser simplemente consciente de mi y de mi experiencia.

Hoy, la meditación no solo es un momento que busco conscientemente, sino que también la encuentro en mi trabajo. Cuando creo una pieza de joyería, como un anillo o un dije, me sumerjo completamente en el proceso. El tiempo parece comportarse distinto y mi atención se concentra plenamente en los detalles de la pieza: el diseño, la plata, la piedra o lo que la etapa del proceso demande.

Trabajar con las manos me permite entrar en un estado de conciencia similar al de la meditación. Es una práctica que me absorbe por completo y me lleva a un estado de calma, enfoque y creatividad. La conexión con los materiales, especialmente con las piedras naturales, me recuerda el vínculo profundo que tenemos con la naturaleza y su capacidad para inspirar, para nutrir y hacer crecer la belleza.

La joyería, para mí, no es solo un oficio o un medio de expresión artística. Es también una forma de meditar, de conectar con el presente y de transformar ideas en algo tangible. Cada pieza que termino lleva no solo mi esfuerzo, sino también la intención y la energía de ese proceso.

Este camino me ha enseñado que la meditación puede encontrarse en cualquier aspecto de la vida cuando nos permitimos vivirlo con total conciencia. Crear joyas me recuerda que no siempre necesitamos buscar lejos para encontrar calma o propósito; a veces, está justo frente a nosotros, en el acto de crear, en el momento presente, en la oportunidad de ser, de amar, y nada más.

Aquí les comparto una foto del segundo año de la búsqueda de visión, el momento en el que bajamos de la montaña después de 4 días y ofrendamos al fuego nuestros bastones.

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Pablo Natero

Soy de Los Toldos, Buenos Aires, Argentina. Soy docente en comunicación, apicultor y aprendíz de joyero.

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