Las herramientas: compañeras de mi aprendizaje en la joyería
Como aprendiz en el mundo de la joyería y las artesanías, cada paso que doy está lleno de descubrimientos y, a menudo, de paciencia. Aunque este oficio me apasiona, es algo que hago como hobby, porque en el día a día mi tiempo está ocupado en otras dos actividades que me permiten sostener a mi familia: la apicultura y la docencia. Sin embargo, cada momento que puedo dedicarle al taller se convierte en un espacio de exploración y, de alguna manera, de conexión con una parte de mí que disfruta del silencio, de la concentración y de la creatividad.
Para alguien como yo, que avanza poco a poco y sin prisa en este camino, cada nueva herramienta representa una oportunidad. Tener la posibilidad de adquirir una herramienta nueva no es solo sumar un objeto al taller; es abrir una puerta a un mundo de posibilidades y de experimentación. Cada pieza que llega —ya sea una simple lima, un martillo o algo más complejo— amplía mi horizonte de aprendizaje y me permite probar técnicas que hasta entonces no me era posible intentar. Con cada herramienta siento que se enciende una chispa de curiosidad y me surge el deseo de crear algo nuevo, de seguir explorando y mejorando en esta pasión que crece despacio pero firme.
Además, tengo la suerte de contar con algunas herramientas antiguas, herencia de mi abuelo, y el valor de esas piezas para mí es inmenso. Me gusta imaginar que, de alguna manera, sigo sus pasos cuando incorporo alguna de sus herramientas en mi trabajo de joyería. Saber que esa misma herramienta estuvo en sus manos hace tantos años me inspira y me llena de gratitud. También hay veces en que amigos o familiares me regalan herramientas, y esos regalos tienen un significado especial. Me recuerdan que no estoy solo en este viaje, que hay quienes acompañan y apoyan mis esfuerzos, aunque mi tiempo sea limitado.
Cada pieza de este pequeño taller tiene su historia, su carga emocional y su potencial para abrirme nuevas puertas. Es un camino que recorro a mi ritmo, con paciencia, y cada herramienta que consigo me impulsa a seguir aprendiendo y a experimentar. Con cada compra o cada hallazgo, siento que mi universo como artesano se expande un poco más, y eso, para mí, es algo increíblemente valioso.
Gracias por acompañarme en este camino y por permitirme compartir estas pequeñas historias que nacen en el taller. Es un placer poder hacerlos parte de esta aventura.
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